¿Escrúpulos? (4)

Ahora la cuestión era conseguir que la querida Eulalia, tan acicaladita y bien perfumada como estaba siempre, estuviera decidida a correrse una juerga justo antes de bañarse en las gélidas aguas de la Laguna. Así el pipijerbe sería de órdago y nadie sospecharía de la intervención de ninguna mano asesina Debía de ser una juerga monumental, de esas que hacen historia y de la que se derivaran consecuencias imprevisibles. Elpidio César (también conocido en la intimidad como "el pillo Augusto"), tras quedarse hipnotizado durante unos diez minutos siguiendo el movimiento del moscardón ese, tuvo una idea brillante: Debía casarse con ella.
Le hablaría de un piso que, con su información privilegiada, había podido encontrar a buen precio, ahora que la crisis del sector inmobiliario estaba haciendo de las suyas. Conseguiría que le diera los breves ahorrillos que la dependienta había ido guardando en la sucursal del Banco de Sabadell que estaba justo al lado de la perfumería, cosa que, sin ser muy importante, ya era algo. Pero sobre todo le animaría a que hiciera una gran despedida de soltera. Por la noche, cena abundante, bebidas espiritosas y hasta boys para animarlas. Al día siguiente, excursión a la Laguna de Peñalara. A ver si conseguían atravesarla a nado ella, tan buena moza, y sus amigas, bien fornidas y acabadas. El propio Elpidio se ofreció a llevarlas en su coche...

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