Elpidio decidió que su nombre no pegaba nada con su nuevo cargo ,así que se lo cambió por César Augusto que le sonaba más elegante.Le enseñó a la anciana un piso de los disponibles y después la invitó a merendar chocolate con picatostes.Mientras charlaban,,la anciana le enseñó una foto de su nieta que era gorda y feísima.
César Augusto fingió sentirse interesado en ella y solicitó un encuentro a la anciana.
Decididamente Eulalia no entraba en sus actuales planes,así que empezó a pensar la forma de librarse de ella....
Etiquetas: El juego
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Maite Pérez-Pueyo (Maitentación) dijo...
Mientras la anciana disfrutaba del amargor del chocolate negro, el nuevo César Augusto se apropió, raudo y veloz, de la foto de la nieta. Recordó que en el cuarto de costura había una caja con alfileres olvidada y clavó unos cuantos en la cabeza de la pobre y gorda y feísima, a modo de vudú.
1 de mayo de 2008, 11:08